viernes, agosto 26, 2005

Pasajera en Tránsito


Necesito vacaciones. Vacaciones de todo lo que me rodea en este minuto. Y no es porque no me agrade, sino porque siento la necesidad de mirar las cosas con perspectiva y estando dentro de ellas es muy difícil hacerlo. Aunque tengo mis pequeñas fugas (probablemente nadie las note): son como oasis en la mitad de todo.

Quizás tenga que ver con la necesidad de replantearse, de sentir que llegué a un punto en que tengo que volver a redefinirme. Probablemente también tenga que ver con decepciones. Ahora que lo pienso, me da la impresión de que cada vez que me sucede esto, es porque algo dentro de mi ha muerto: la ilusión de algo. Debo reconocer que quizás como la mayoría de la gente, suelo vivir de ilusiones, de proyecciones de lo que me gustaría que fuera o de lo que es mi vida, de la fantasía. Cuando esas ilusiones se van desmoronando, cuando chocan con lo real me dan ganas de irme fuera, tomar un avión y comenzar una nueva fantasía en otro lugar, otra geografía. Finalmente, es como estar transitando de fantasía en fantasía, como conociendo nuevas ciudades. Al parecer ahora estoy en tránsito. Quizás por eso me gustan tanto los aeropuertos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

a mí también me pasa eso de llegar a un punto y sentir que algo murió, como si la gracia estuviera en el camino...

vivimos para morir...seres-para-la-muerte

el otro día pensaba en la diferencia entre ilusión y esperanza...

y me acordé de "esperando a godot", gran homenaje a la farsa existencial: o vivimos con la gran promesa de cumplir con el anhelo que se ha esperado - esperanza - toda la vida o vivimos en una situación absurda - ilusión - que busca engañarse con una felicidad que nunca llegará...

sigue con tu blogger, tal vez yo haga el mío

Malayo dijo...

MIra Sabha, lo que describes es el típico síndrome post euforia. Recibiste una gran noticia la semana pasada, eso fue lo que te cansó. La terapia que me hago a mí mismo es tratar de no alegrarme demasiado por los resultados a favor ni entristecerme por los resultados en contra. Por eso no hablo últimamente de estar alegre sino de estar tranquilo.

De la alegría a la euforia hay un metro, saludo a quienes tienen temple suficiente como para no confundir el límite. No es mi caso. Respecto a ti, se entiende porque la noticia era realmente un cambio de vida.

Ese es mi diagnóstico. Lo que te recetaría para mejorarte es una visita a algún local nocturno que quede más o menos en Bombero Núñez c/ Domínica.