martes, octubre 25, 2005

Voto latino

Este fin de semana tuve una experiencia traumática. La Fulbright armó un seminario para los becarios de este año, en el que supuestamente ibamos a perfeccionar nuestro inglés, pero más bien resultó ser una clase magistral acerca de las diferencias culturales entre gringos y lationamericanos. Nos pusieron un número de casos para ejemplificar estas diferencias, como por ejemplo: "¿que harías si un amigo tuyo atropella a alguien por andar a exceso de velocidad y si declaras que iba manejando a velocidad permitida, lo salvas de la cárcel, lo haces?" Por supuesto! Dijimos los más honestos. Wrong answer. La mentalidad gringa se rige antes por una fuerte estructura normativa que pasa por sobre los vínculos emocionales. Aqui comienzan mis problemas. En mi caso siempre ha primado la emotividad por sobre cualquier otro factor, soy una persona derechamente afectiva. Todas mis relaciones se establecen de ese modo, incluso con mi contador.
Otro ejemplo: cuando los gringos te invitan a una fiesta, lo hacen con hora de término. Es decir "te invito a mi cumpleaños, de 9 a 11". Qué clase de fiesta es esa? Para que hablar de la raíz barroca lationamericana, a eliminarla. Los gringos son concisos, hablan lo justo y necesario, sin palabras bonitas y siempre con ánimo de entretener (hacer chistes) ¿Se imaginan un discurso de Lagos con chistecitos?

Estos días me he sentido más latinoamericana que nunca. Y todo gracias al contraste.

jueves, octubre 06, 2005

Girls on Films


He tenido una sobredosis de cine en los últimos días, sobre todo de cine chileno. Me gusta el cine porque me interpela, me atraviesa. Las expresiones (artísticas o no tanto) me interesan más porque me emocionan, que por un afán intelectual. Con el cine eso me ocurre casi todo el tiempo; debe ser porque dentro de todo, es lo más cercano a la realidad. Y bueno, vi todas las películas chilenas que había que ver este fin de semana y más encima en el contexto de un festival, que es algo injusto. Sobre todo para las películas que se exhiben por primera vez. Tener a un público que está como el César esperando para juzgar lo tuyo es bastante terrible. Es cierto, todos juzgamos cuando vamos al cine, pero en otro contexto. Al parecer, en un festival la comparación es inevitable. Y es duro cuando piensas en el trabajo de tanto tiempo de alguien, para que lo destrozen en cinco minutos. Yo también lo hago. Pero claro, ahora creo que me arrepiento un poco. Con un par de días de distancia veo que guardo imágenes, sensaciones de todas las películas que vi. Todas, en mayor o menor medida, cruzan con estados de ánimo, situaciones, perspectivas con las que me identifico. No sé si será un poco limitado, pero disfruto más cuando las cosas resuenan en mi. Aunque cuando permiten reflexión sin dar un mensaje evidente (que es lo que me paso con Se Arrienda) ni tampoco ser una simple fotografía de las cosas (En la Cama), las disfruto mucho más. Por eso me gustó tanto el conejo de pascua.